En primer lugar dar la bienvenida a todos. Tanto a los nuevos residentes, que han empezado esta nueva etapa de su vida eligiendo nuestra residencia como su nuevo hogar. También a los antiguos residentes que han escogido un año más seguir dando vida a nuestra residencia de estudiantes.
En esta fase, comienza un nuevo ciclo, en el cual la invariabilidad de la “Tomás y Valiente” ha cambiado de aires.
Nos encontramos ante nuevos contratos y normas… Se trata de los horarios nocturnos, de los nuevos menús a elegir, de restricciones de materiales que antes si se ofrecían al comienzo del curso... Son aplicaciones actuales; que resultan beneficiosas para algunos y no tan agradables para otros, pero sea como sea son “cambios”.
Debemos estar preparados para estos “cambios”, y concienciarnos de que en este preciso momento que nos ha tocado vivir, éstos pueden ser de los más leves con los que nos podemos tropezar por el camino. Esto es así, y si realmente nos quieren sacar de esta crisis económica (que es más profunda de lo que muchos creen) la única solución es una transformación. No sólo lo estamos viviendo en el ámbito de las residencias, sino también en el educativo, en la sociedad…etc. Todo está intentando cambiarse. Asique, al fin y al cabo, sólo cabe desear que se solucione pronto, y que lo llevemos todos lo mejor posible.
Por otra parte, deciros que estamos encantados de representaros, de escucharos, y de atenderos en todo lo que podamos.
Tenemos muchas ganas. Para nosotros esta tarea es algo nuevo que hemos recibido con mucho gusto. Y vamos a intentar llevar a cabo lo mejor posible nuestra labor como becari@s, organizando propuestas para la residencia, aportándoos toda nuestra ayuda y estar en todo momento ahí dentro de nuestras posibilidades.
Finalmente quiero deciros que disfrutéis de vuestra estancia en la residencia (con la madurez que ello implica). Pensad que es como un tren: no vamos a estar aquí toda la vida, sólo podremos estar aquí hasta que se agote nuestro billete (nuestros estudios),.. Otros muchos pasajeros subieron a este tren, permanecieron en él, agotaron su billete y desembarcaron en busca de su esperada nueva vida. Eso fue hace años y años… y ellos al igual que nosotros, por caprichos de la vida realizaron su viaje en donde nosotros nos encontramos ahora: La Tomás y Valiente.
Asique… “hagamos que nuestra estancia en este tren sea tranquila, que haya valido la pena, para que cuando llegue el momento de desembarcar, nuestro asiento, ocupado por otro nuevo pasajero, deje añoranza y bonitos recuerdos....”
Un cordial saludo.
